Fordadistrogene movaparvovec logra mejoras a largo plazo en un ensayo
Por: Lindsey Shapiro, PhD | 7 de marzo del 2024
Entre
niños ambulatorios con distrofia
muscular Duchenne (DMD), un tratamiento de una sola aplicación
con la terapia génica en investigación fordadistrogene
movaparvovec, ha ayudado a preservar las funciones y
aumentar el volumen muscular durante tres años, especialmente en los pacientes
más jóvenes.
Así
se indica acorde a los análisis actualizados de un ensayo de Fase 1b
(NCT03362502), en el que los beneficios del candidato a
terapia génica de Pfizer
fueron más pronunciados en los niños de 6 a 7 años, con resultados más
variables en los de 8 a 12 años.
El doctor y médico Perry Shieh, de
la Universidad de California en Los Ángeles, presentó los hallazgos en la Conferencia Clínica y Científica del 2024
de la Asociación de Distrofia Muscular (MDA, por sus siglas en
inglés), llevada a cabo del 3 al 6 de marzo en Orlando, Florida, y virtualmente.
“Los
beneficios clínicamente significativos de fordadistrogene movaparvovec en
participantes de 6-7 años de edad sugieren que vale la pena una mayor
exploración en participantes con DMD en etapa temprana”, dijo Shieh en la
presentación “Fordadistrogene
movaparvovec para la distrofia muscular de Duchenne: Los resultados funcionales
y cambios en el volumen muscular del muslo y las extremidades superiores en un
periodo de 3 años.”
La Duchenne
es causada
por mutaciones en el gen DMD, llevando a una pérdida de
la proteína distrofina, que es importante para la salud muscular.
Anteriormente
conocido como PF-06939926, fordadistrogene movaparvovec es una infusión de una
sola aplicación, en la vena, de una terapia génica que tiene como objetivo
entregar un gen para lograr la producción de una proteína distrofina acortada
pero funcional directamente a las células musculares de los pacientes.
El
estudio y sus hallazgos
En
el ensayo de Fase 1b, patrocinado por Pfizer, inscribió a 19 niños de entre 4 y
12 años de edad que eran ambulatorios y seguían un régimen estable de corticosteroides.
Tres niños recibieron una dosis baja de la terapia génica de 100 trillones de
genomas de vector por kg de peso corporal (vg/kg) y los 16 restantes recibieron
una dosis alta (200 trillones de vg/kg).
El
análisis primario a un año del estudio demostró la seguridad de la terapia y
mostró evidencias tempranas de que podría
desacelerar el deterioro de la función motora.
En
la charla, Shieh expuso los resultados de seguridad y eficacia en un periodo de
tres años de los 16 niños a los que se administró la dosis alta de la terapia
génica, incluidos seis niños de 6-7 años de edad y 10 niños de 8-12 años de
edad.
La
función motora se evaluó con la Evaluación
Ambulatoria North Star (NSAA, por sus siglas en
inglés), en la que las puntuaciones más altas indican una mejor función.
Para
poner los resultados en perspectiva, se compararon con los datos predictivos de
la historia natural que fueron generados
utilizando el modelo del Proyecto
de Análisis de Trayectoria Colaborativo (cTAP, por sus siglas en
inglés), que se creó utilizando datos a largo plazo de más de 400 pacientes con DMD
no tratados a través de varios grandes estudios de
historia natural.
Básicamente,
los investigadores introducían las características iniciales de los
participantes en el ensayo, como la edad, la función motora y el estado de su
caminar, y el modelo predecía la trayectoria de la NSAA de dichos pacientes si
no recibían tratamiento.
A lo
largo de tres años, los participantes en el ensayo experimentaron un descenso más
lento de 1.4 puntos en las puntuaciones de NSAA en relación con el cTAP, un
hallazgo que “favorece a la terapia génica, aunque no es estadísticamente
significativo”, señaló Shieh.
En
cuanto a los dos grupos de edad por separado, los niños de 6 a 7 años
experimentaron una preservación “clínica y estadísticamente
significativa” de la función motora en 3.8 puntos en relación con el grupo
cTAP, según indicó el científico.
Para
los niños de 8 años en adelante, las puntuaciones no fueron esencialmente
diferentes a las del grupo de control.
En
general, 12 de los 16 niños experimentaron una trayectoria de NSAA mejor que el
curso natural esperado de la enfermedad. Estos resultados incluyeron a todos los
seis niños más pequeños y a seis niños mayores.
Shieh
señaló que de los tres niños mayores que experimentaron una trayectoria
funcional peor de la esperada, se predijo inicialmente que todos
experimentarían un declive funcional sustancial y una pérdida de ambulación si
no recibían tratamiento.
El
científico también señaló que los pacientes no tratados que se utilizaron para crear
el modelo cTAP sólo tuvieron un seguimiento durante una promedio de 2.6 años.
Esto significa que faltan algunos datos en momentos posteriores, cuando los
pacientes de más edad empiezan a perder la capacidad de caminar.
Entre
los niños mayores, tal limitación “tiende a hacer que el grupo de control luzca
mejor”, explicó Shieh.
El
volumen muscular de los muslos aumentó un 4.1% en tres años. El grupo de chicos
más jóvenes mostró un aumento sostenido del 17% en el volumen muscular,
mientras que los mayores no observaron mejoras significativas o sostenidas.
Ambos
grupos de edad experimentaron mejoras sostenidas en el volumen muscular de las
extremidades superiores. Los chicos más jóvenes experimentaron una mejora del
37.4%, mientras que los participantes de mayor edad experimentaron una mejora
del 14.9%.
Los
aumentos en el volumen muscular se correlacionaron positivamente con el
rendimiento funcional de la NSAA durante un seguimiento de tres años.
En
relación con el análisis de dos años, Shieh indicó que no había “nuevas
señales de seguridad sobre las que informar en el último año”.
Hay
ensayos en curso para confirmar los beneficios de la terapia génica en
pacientes jóvenes. Eso incluye el estudio de Fase 3 CIFFREO
(NCT04281485), que está probando la terapia génica contra
un placebo en aproximadamente 99 niños ambulatorios que tienen Duchenne y
tienen edades de 4-7 años. Se espera que los resultados de ese ensayo apoyen
las solicitudes regulatorias que buscan la aprobación de la terapia génica.
Sobre la Autora
La Dra.
Lindsey Shapiro obtuvo su doctorado en neurociencia de la Universidad de
Emory en Atlanta, donde estudió nuevas estrategias terapéuticas para formas de
epilepsia resistentes al tratamiento. Recibió una beca de la Sociedad Estadounidense de
Epilepsia en el 2019 para esta investigación. Lindsey también trabajó anteriormente como investigadora
postdoctoral, estudiando el papel de la inflamación en la epilepsia y la
enfermedad de Alzheimer.
Esta nota
es sólo una traducción del contenido original. Para leer la nota original de
divulgación en inglés consulte: https://musculardystrophynews.com/news/mda-2024-dmd-gene-therapys-benefits-most-pronounced-in-young-boys/
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