Pero
algunos efectos secundarios han sido observados en el tratamiento de los
problemas neuroconductuales de los pacientes
Por: Margarida Maia, PhD | 25 de julio del 2023
Los medicamentos para la salud mental, incluido el
estimulante metilfenidato, pueden ayudar a aliviar los
problemas neuroconductuales en niños y jóvenes con distrofia muscular de Duchenne (DMD), según un pequeño estudio
realizado por investigadores de Bélgica y los Países Bajos.
Sin embargo, pueden producirse
algunas reacciones adversas con el uso de tales medicamentos, descubrió el
equipo, que recomendó a los médicos “vigilar de cerca los efectos (no)
deseados del tratamiento con psicofármacos en pacientes con DMD”.
“En conjunto, el tratamiento con
metilfenidato parece ser una posible solución para los niños con DMD con falta
de atención, rasgos hiperactivos, problemas de aprendizaje y desregulación
emocional y conductual cuando se consigue una buena gestión de los efectos
secundarios y de rebote, así como de los objetivos terapéuticos”,
escribieron los investigadores.
“Creemos que los hallazgos
actuales pueden ser de ayuda para los médicos que trabajan con pacientes con
DMD, cuando aparecen síntomas psiquiátricos que interfieren con el
desarrollo”, añadió el equipo. Sin embargo, señaló que las “limitaciones
metodológicas” del estudio retrospectivo “deben tenerse en
cuenta”, y que se necesita más investigación.
El estudio, “Tratamiento psicofarmacéutico para
problemas neuroconductuales en la distrofia muscular de Duchenne: estudio
descriptivo con datos del mundo real “, se publicó en la revista Neuromuscular Disorders.
No existen lineamientos para el uso
de medicamentos de salud mental en la DMD
La DMD es una distrofia muscular causada por mutaciones en el gen DMD, que codifica la proteína
distrofina, que protege los músculos y les ayuda a mantenerse fuertes. Las
mutaciones hacen que la distrofina no se produzca en absoluto. Como resultado,
los músculos se debilitan con el tiempo.
Aunque la enfermedad es más conocida
por afectar al movimiento, también puede causar problemas neuroconductuales,
que se refieren a las formas en que el cerebro afecta al comportamiento, las
emociones y el aprendizaje. Los problemas más comunes son la falta de atención
e hiperactividad, posibles retrasos en el aprendizaje y depresión.
Los lineamientos internacionales
recomiendan que “los pacientes con DMD deben ser examinados regularmente
para detectar problemas neuroconductuales”, escribieron los
investigadores.
“Pero no especifican qué hacer
cuando se detectan”, añadieron.
Los mismos lineamientos dicen que los
medicamentos para la salud mental, también conocidos como psicofármacos,
“podrían ser de ayuda”, pero no hay muchas pruebas sobre cómo
utilizarlos o a quién pueden beneficiar.
Para saber más, los investigadores se
basaron en los datos de 52 niños y jóvenes con diagnóstico genético de DMD que tomaron psicofármacos
durante distintos periodos de tiempo entre el 2008 y el 2022. La edad promedio de
estos pacientes con DMD era de 11 años, con un rango de 5 a 23 años.
Más de la mitad (55.8%)
experimentaron cuatro o más problemas neuroconductuales. Los más comunes fueron
falta de atención (63.5%) y desregulación emocional y conductual (59.6%),
seguidos por problemas de sueño (51.9%), e hiperactividad (44.2%).
La mayoría (92.4%) tomaba
corticosteroides de tratamiento estándar, principalmente prednisona y deflazacort (comercializado como Emflaza y también aprobado como genérico),
para mejorar la fuerza muscular y desacelerar el debilitamiento muscular.
En el momento de la recolección de
datos, 30 pacientes (57.7%) seguían tomando psicofármacos. Los 22 restantes (42.3%)
habían dejado de tomarlos porque, o tenían efectos secundarios, o no funcionaban
como se esperaba o porque los problemas neuroconductuales se habían resuelto.
Los estimulantes son los medicamentos
más utilizados para problemas de salud mental
El tipo más común de psicofármacos
fueron los estimulantes (42.4%), seguidos de los antidepresivos (33.3%),
antipsicóticos (21.2%) y tranquilizantes (3%). La mayoría de los pacientes (82.7%)
utilizaban algún tipo de estos medicamentos.
Los que tomaban estimulantes
empezaron a experimentar problemas neuroconductuales a una edad promedio de 6.7
años, e iniciaron el tratamiento hasta más de un año después, a una edad promedio
de 8.3 años. Seis abandonaron el tratamiento, en la mitad de los casos porque perdieron
peso, lo que los estudios han demostrado que es un efecto secundario frecuente
de estos medicamentos.
El tratamiento fue eficaz para la
mayoría de los que recibieron metilfenidato, según el estudio. La gravedad de
los problemas neuroconductuales de más de la mitad de estos pacientes (54.2%)
había “mejorado mucho”, según los cambios observados en la Escala de
Impresión Clínica Global. En la mayoría (91.7%), dicha severidad fue al menos “mínimamente
mejorada”.
Los pacientes que tomaban
antidepresivos empezaron a experimentar problemas neuroconductuales a una edad promedio
de 11.6 años, y el tratamiento se inició a una edad promedio de 14.2 años. Los
antidepresivos amitriptilina, escitalopram y sertralina (utilizados por un
paciente cada uno) funcionaron bien y no tuvieron efectos secundarios, según
mostraron los datos.
El antidepresivo fluoxetina fue utilizado por 18 pacientes del
estudio. En casi tres cuartas partes de estos niños y jóvenes (72.2%), la
gravedad de sus problemas neuroconductuales mejoró al menos
“mínimamente”, según los investigadores.
Sin embargo, cuatro pacientes (18.2%)
dejaron de tomar el medicamento porque no funcionaba bien, mientras que dos de
los pacientes (9.1%) interrumpieron el tratamiento debido a efectos secundarios
como ira o comportamiento compulsivo con conductas de autolesión y por escuchar
una voz interna.
Los pacientes que tomaban
antipsicóticos iniciaron el tratamiento a una edad promedio de 12.1 años, unos
tres años después de experimentar por primera vez problemas neuroconductuales.
Los seis pacientes que abandonaron el tratamiento lo hicieron por falta de
efectos del medicamento.
En dos tercios de los pacientes (66.7%)
que tomaban el antipsicótico risperidona, la gravedad de sus problemas
neuroconductuales mejoró al menos “mínimamente”, según mostraron los
datos. Un paciente que tomaba aripiprazol “mejoró mucho”.
Dos pacientes tomaban tranquilizantes,
uno tomaba alprazolam, el cuál “mejoró mucho”, y el otro tomaba oxazepam, que
tuvo un “efecto mínimo”. Ninguno de ellos informó de efectos secundarios
relacionados con los medicamentos.
En general, los investigadores
encontraron que el uso de medicamentos para la salud mental puede ayudar a los
niños y hombres jóvenes con DMD que experimentan problemas con la falta de
atención y el aprendizaje, y/o depresión y problemas de sueño. Sin embargo, recalcaron que “el éxito
del tratamiento parece depender de cada caso y los efectos secundarios deben
vigilarse cuidadosamente.”
“En conclusión, los pacientes
con DMD pueden experimentar síntomas neuroconductuales graves que interfieren
con el aprendizaje y/o el desarrollo. El tratamiento con psicofármacos puede
aliviar estos síntomas neuroconductuales, pero se necesita más investigación
para obtener mayor conocimiento respecto al tratamiento psicofarmacéutico en
pacientes con DMD”, escribieron los investigadores.
Sobre la Autora
La Dra. Margarida es bioquímica
(Universidad de Oporto, Portugal) y doctora en ciencias biomédicas (VIB y KULeuven,
Bélgica). Su principal interés es la comunicación científica. También le
apasiona el diseño y el diálogo entre arte y ciencia.
Esta nota es sólo una traducción del contenido original. Para leer la
nota original de divulgación en inglés consulte: https://musculardystrophynews.com/news/mental-health-medications-may-ease-dmd-neurobehavioral-problems/
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