Cualquier persona con AME que se sienta mal debe tener un plan de acción que cualquier equipo médico pueda seguir.
Este plan debe ser acordado entre el médico y el adulto mientras esté bien, o entre el médico y los padres mientras su hijo esté bien.
Debe haber un registro escrito de esto en forma de un “Plan de atención médica de emergencia” (PAME) o “Plan de enfermedad”.
El PAME debe incluir información sobre:
– Cuáles serían las señales o indicaciones de advertencia que significarían que la persona con AME debe ser llevada al hospital.
– Con qué centros de atención médica deben contactarse en caso de una emergencia.
– Preferencias sobre el manejo respiratorio, incluyendo sus puntos de vista sobre diferentes formas de apoyar la respiración.
– Cualquier problema y limitaciones en la movilidad de cuello y mandíbula.
– Técnicas utilizadas para limpiar las secreciones respiratorias, indicando la frecuencia.
– Necesidades nutricionales y de líquidos durante la enfermedad.
– Cuándo y qué antibióticos deben usarse.
– Qué acción se ha acordado y se tomará si se requiere reanimación.